24 dic 2013

Recomendaciones para elegir y preparar peanas



La peana es una parte importante de la acción comunicativa que es toda figura. Es como el marco de un cuadro. Forma parte de la composición global y puede mejorar o empeorar la presentación de la escena.

Es vital que ya en el momento de elegir la figura que vamos a pintar pensemos que con ella va el tratamiento escénico y el del color para crear una atmósfera final que transmita bien las sensaciones que deseamos. La peana juega, pues, un aspecto vital en este sentido. Por eso es necesario detenerse un tiempo a pensar en sus características.

Podemos encontrar tres cuestiones a tener en cuenta: la dimensión, el color y el acabado.

Dimensión: La figura y el terreno o la escena en la que se encuentra deben ser las protagonistas. Hay que encontrar una relación armónica entre las alturas de la viñeta o mini y la de la peana en sí. La "altura" de una debe prevalecer sobre la de la otra, aunque sea por poco. Las peanas "altas" y de poca anchura ayudan a destacar la figura, su esbeltez y forma, la ensalzan. Las bases "anchas" son más "pesadas", anclan la escena al suelo y son óptimas para presentar escenas complejas con varias acciones que deban contemplarse a la vez. Si va a colocarse una placa o rótulo, hay que tener en cuenta el espacio que este va a ocupar sin quedar "aprisionado" por los márgenes de la peana.

Color: la peana no puede quitar protagonismo a la escena -sobre todo si en esta domina un tratamiento oscuro- por llamar la atención por tener un color excesivamente claro. Las características de las maderas y sus colores también transmiten frialdad (colores oscuros) o calidez (clores claros o rojizos). Es importante tener esto en cuenta si se quiere representar a un figura en una época del año determinada. En general, hay más problemas con la elección de peanas cuyos colores vayan de los amarillos a los rojizos pasando por los castaños que si elegimos una peana oscura o negra. Estas últimas siempre aportan sobriedad y suelen quedar bien con cualquier planteamiento, ya que apenas quitan protagonismo a la figura o escena. Una última cuestión: ¿brillantes, mates o satinadas? Una peana pintada absolutamente con un color mate resulta fría; perfecto si es lo que buscamos. Una peana excesivamente brillante puede precisamente generar brillos con las luces del entorno que no ayuden a concentrar la mirada en la escena o figura. Una peana satinada con un color inapropiado de acuerdo al planteamiento global de la escena tampoco es una buena solución. Lo mejor es una peana con cierto brillo o satén sin llegar a pasarse. La peana debe tener prestancia, presencia, pero sin molestar al paseo de la mirada por la viñeta. Debe ayudarnos a entrar en la historia, por ello, hay que ir probando una y otra vez la evolución del pintado sobre la misma y, si resulta que no nos convence porque se aleja de la idea inicial, mejor elegir una nueva peana y empezar de nuevo.

Acabado: Tiene esto que ver con elementos tales como rótulos, placas o incrustación y pintado de elementos que informen sobre la escena o figura que soportan. De nuevo, hay que buscar el equilibrio. No es raro encontrar peanas en las que detalles, elementos pintados sobre la misma o una placa demasiado brillante llaman más la atención que la propia figura. El rótulo o elemento informativo-decorativo debe estar al servicio de la figura, no al revés.

Finalmente, hay planteamientos en los que la peana, que resulta muy artística porque, por ejemplo, se plantea como una parte de la escena misma, integrada totalmente en ella (parte de una ruinas o un paisaje montañoso, grutas, bosques, etc...). En este caso el trabajo lumínico va a ser muy importante, porque deberá dirigir las miradas hacia los lugares donde se produzca la escena o acción principal gracias al reparto de zonas claras y oscuras.

Veo que esto da para mucho y que quizás sería interesante realizar más entradas con ejemplos claros. Lo haré más adelante. Porque aquí, en este post, quería destacar la importancia de la elección de la peana para pasar a dar algunos consejos para el trabajo posterior sobre ella.

Así que, luego de comprobar que con una simulación de la figura sobre la peana acorde con nuestra idea inicial de la escena -como pretendo ilustrar con la foto inicial que abre el post-, esta queda bien pasamos a protegerla y prepararla para colocar una primera base o terreno.

Antes, una advertencia para quienes presentan figuras a concursos. Las peanas que son prismas cuadrangulares o rectangulares no llevan a error cuando debe elegirse la presentación de la escena. En cambio, las cilíndricas sin rótulo o placa clara que marca el frente permiten que puedan ser colocadas eligiendo diferentes perspectivas en la presentación frontal de cara al público. En este último caso, puede ocurrir que la presentación final en la vitrina de la exposición no se corresponda con la que el autor hubiera pensado como la ideal o la que mejor destaca el planteamiento de escena y figura.

Es muy importante ver cuál de las facetas de la peana es la mejor para la presentación de la escena o figura. Hay que prestar atención a los dibujos de las vetas o a las manchas de la madera o a detalles tales como relieves o agujeros con formas sugerentes. Para la vista frontal de presentación, elegid la que mejor tratamiento escénico o dramático os pueda aportar sin desviar demasiado la atención.

Cuando tengo claro la faceta que quiero elegir como frontal, la señalo con una flecha en la cara superior, y protejo la peana con ese papel de protección de paredes que emplean los pintores, con un adhesivo poco abrasivo, y luego ya pongo cinta de carrocero, o esparadrapo si no tenéis, para protegerla mejor durante las manipulaciones posteriores. Como la cinta de carrocero queda sobre el papel ya no afecta al barniz de la peana y no hay riesgo de que al quitarla la deteriore.




Luego, hago alguna señal con rotulador para saber siempre cuál es la faceta frontal (¡en la foto de abajo quizás me he pasado poniendo "F" de "frontal", jajaja! Generalmente hago uno o dos puntos como en la otra que os muestro.)

Una vez protegida con cinta, hago marcas con un "cutter" trazando líneas cruzadas para que cuando coloquemos una base de terreno encima, el adhesivo, pega o cola la pegue mejor al relieve y a la madera real al fraguar y no sólo al barniz protector.

Ahí van dos ejemplos finales de peanas preparadas para empezar a trabajar.

 
 
Bueno, espero que os sea útil. ¡Aprovecho esta entrada para desearos unas fantásticas fiestas navideñas y un feliz 2014!

¡Un abrazo!

KPG